Ya en casa, solo en mi habitacion, el remordimiento me sacudia hasta el mas profundo rincon de mi alma. Que había pasado con el Arturo nacido en Cristo? Acaso mi entrega no habia sido lo suficientemente sincera para cambiar mi mal caracter? La respuesta fue un insomio canalla que no perdona a los que andamos en paz con el espiritu.
En la mañana temprano oraba en mi habitación pidiendole a Dios la sabiduria y el discernimiento para poder entender que estaba realmente pasando. No hubo respuesta inmediata pero tenia la certeza de que tarde o temprano vendria a mi el porqué de lo que me afligia. Y asi fue. Desayunaba y escuche en la radio una predica de una pastora que explicaba que una cosa es ser salvo y otra totalmente diferente ser sano. Que al entregar nuestras vidas a Dios reconociendo que Cristo murio por el perdon de nuestros pecados habiamos dado un paso gigante espiritualmente hablando, pero existian traumas y heridas que para poder curarlas teniamos que comenzar un proceso de sanación. La oración por la sanidad de nuestras heridas y el perdón sincero a aquellos que nos han estigmatizado el alma con sus actos, voluntarios o no, es el camino a ser sanos de espiritu. Recordé entonces una escena de mi niñez en la que mi padre me habia humillado ante todos a fin de darme una leccion y yo lo habia repetido un dia anterior con mi hija. Y no solo eso, reflexionando sobre mis actos y mi mal caracter, fui visualizando todos los momentos en los cuales reaccione y me comporte de la misma manera con otras personas que he amado en mi vida. Perdoné a mi padre en mis oraciones, el no tenia la culpa de no saber dar amor pues nunca lo habia recibido. Llego la paz a mi alma con el perdón de mi hija a quien le explique lo que realmente estaba pasando conmigo y que deseaba cortar para siempre con esta cadena de humillacion hacia las personas que amamos. Ella me entendio muy bien pero el camino del perdon lleva su tiempo y hay que caminarlo con integridad y lealtad a lo prometido. Me siento salvo y sano en espiritu. Es increible como Dios nos puede dar el entendimiento para poder crecer en su nombre. Gracias padre mio por estar siempre a mi lado y permitirme cada día ser un hombre justificado en Cristo.