jueves, 16 de abril de 2009

Tiempo al tiempo



1 CORINTIOS 13
Si yo hablase lenguas humanas y angelicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o cimbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todo los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiee todos mis bienes para dar a comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Otro día más lleno del Espíritu Santo. Oré frente al espejo de nuevo y di gracias a Dios por haber transformado mi vida, le pedi que me orientará cual sería mi misión en la vida, cual seria mi camino. Pedi que me ayudará a aclarar si lo mio con mi novia es un capricho o un deseo de amor sincero, rogué porque me de claridad y me quite las vendas para ver más allá de mi entendimiento. Lo ultimo que queria es empecinarme en algo que quizas habia llegado su final ni tampoco deseaba atormentarla con mi cambio. Llegó a mí la idea de que debía decirselo, además me inquietaba saber si era verdad que estaba saliendo con alguien. Pregunté a mi madre si Dios nos permite actuar, que si me sentía lleno de él porque no podría tener la confianza en mi fé y acercarme a ella para declararle mi amor y pedirle que sea la mujer de mi vida para siempre en la palabra de Dios. Ella me dijo que si es lo que deseaba y tenía la suficiente fé no tenía porque tener miedo. La llame y quedamos en vernos, aprovechando que ese día ella vendría a la ciudad para dejar unos arreglos de flores en unos edicifios cercanos a donde nosotros viviamos.
Lllegué con 2 horas de anticipación pue todas las reuniones que tenia en la mañana se fueron cancelando o es que quizas necesitaba estar solo y meditar bien lo que iba a decir.
Me pare frente al mar, en pleno sol de mediodía en el malecon cercano a nuestra lugar de encuentro. Alabe a Dios, pedi que me ilumine y que me diera sabiduria para llegar a su corazón. Así estuve las 2 horas, vestido con mi terno de trabajo soleandome en mi espera y refrecandome con la brisa marina que se confundia con caricias de mi Señor.
Había llegado a la conclusión que tenía que ofrecerle mi vida en Dios, que él nos iba a bendecir a nosotros y nuestros hijos, que juntos podríamos todo, que sea mi compañera en la misión que Dios me diera, quizas difundiendo su palabra y que seriamos bendecidos con el hijo que tanto habiamos deseado. Un conjunto de cosas hermosas que describian un hermoso futuro en paz y en lo hermoso de ser bendecidos por Dios. Pero tambien llego a mi la idea que debía pedirle que se entregue al Señor conmigo pero no le dí mucha importancia, pues dude que ella lo hiciera y tambien pensaba que no era el momento.
Llegó cargando sus flores, cansada de tanto caminar, entro al edificio a hacer sus arreglos y salió y me sonrió. Le pedi que nos sentaramos a conversar, lo cual hizo con dificultad pues estaba con el apuro de continuar su trabajo. Pedí a Dios que me dé sabiduria y el don de la palabra y le dije todo lo que había pensado. Su reacción fue de duda, la habia confundido mucho, se preguntaba el porqué ahora y yo le dije porque ella lo había pedido con fe. Entro una llamada y confirmo que si estaba saleindo con alguien. Mi corazon no se lleno de celos ni de ira, pero igual dolió. Nos abrazamos y caminamos de la mano, la acompañe a terminar sus gestiones mientras conversabamos, me moria por besarla pero eso no era lo que más importaba. La vi confundida y me dolio haber causado eso. Mi fe se puso a prueba y empece a dudar. Así que la cogí de las manos en un parque cercano y le pregunté que quería de mi. Tiempo fue la respuesta y tiempo es lo que he decidio darle, para su paz y tranquilidad. Para que pueda meditar y creer según mis actos y no mis palabras que he cambiado por el amor de Cristo, para que se acerque mas a sus hijos de quienes se habia alejado por amarme y reconciliarse con ellos. Quedamos en vernos algun día próximo, sin presiones ni llamadas y que había que seguir caminando.
Rumbo a casa orando por ella, reflexione que quizas lo que debí haber hecho era solo pedirle que se entregue a Dios conmigo, idea que vino a mí como mensaje divino, quizás pero ya había sucedido. Pienso que fue necesario, pues tenía que saber que estaba pasando con ella. Bueno tiempo al tiempo, ahora a dedicarme a continuar mi vida. A levantar mi empresa, cuidar a mis hijas y darles todo el amor que merecen. Crecer en Dios, crecer mucho, para que así algún día Dios me vuelva a poner en mi camino a ella. La amo mucho y extraño pero la entiendo muy bien y no la juzgo, demasiado mal he actuado, pero nunca es tarde cuando tienes a Dios en tu corazón. Tiempo al tiempo.

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